Con una superficie de casi seis millones de kilómetros cuadrados distribuidos en nueve países diferentes, de los cuales Brasil y Perú tienen la mayor extensión, el Amazonas se distingue por ser una de las regiones ecológicas del planeta con mayor biodiversidad.
El ecoturismo en la selva amazónica brasileña, se destaca por brindar escenarios deslumbrantes y por otorgar la posibilidad de desarrollar aventuras únicas e irrepetibles, siempre conscientes de preservar esta zona ecológica universal y, así, continuar con la protección de este valioso patrimonio mundial de la naturaleza.
Si bien el acceso a la zona debe realizarse por vía aérea o a través del río, para llegar al estado de Amazonas, y de paso, recorrer y conocer otras bellezas naturales y las riquezas culturales que encierran sus habitantes originarios, muchos visitantes optan por el servicio de renta de autos desde la capital Manaos. La agencia internacional, Alamo, es una de las rentadoras de vehículos que mejores promociones tiene en este segmento.
En Manaos, los turistas encontrarán, además, una amplia variedad de comodidades y la información necesaria para emprender la recorrida por la selva amazónica. Además, existen en el lugar atrayentes opciones tanto en el rubro gastronómico, como en el de hospedaje, con su más requerido alojamiento: hoteles en medio de la selva.
Otro de los atractivos de la zona es la posibilidad de conocer el rico patrimonio cultural de las diversas etnias aborígenes de Brasil, las cuales todavía habitan esas tierras e incluso algunas han logrado persistir casi íntegramente aisladas de la modernidad y de los avances tecnológicos.
En consonancia con esto, las actividades en torno a las culturas indígenas brasileñas son uno de los circuitos más elegidos por los visitantes interesados por los aspectos históricos y antropológicos de los pueblos originarios.
Entre los servicios de ecoturismo que esta región amazónica propone están los recorridos por la selva a través de paseos en barco o caminatas, o el “Encuentro de las Aguas”, a diez kilómetros de Manaos, donde la corriente de color negro del río Negro y las aguas marrones del río Solimoes, chocan sus caudales corriendo juntos por más de 6 kilómetros sin mezclarse, desembocando en el río Amazonas. En este recorrido, se observan, también, dos clases de delfines: los rosados y los Tucuxi
Las visitas a la selva pueden hacerse en una jornada, o en estadías de varios días. Se puede acampar en alojamientos más rústicos que los hoteles o en áreas preparadas en medio del bosque, e incluso a bordo de embarcaciones. Por otro lado, es necesario emprender las excursiones con guías especializados, quienes ofrecen información de la flora y fauna del lugar.